¿Saben esa gente odiosa...
que se lee al principio la última página de un libro?
El que te cuenta el final de la peli,
el que se las sabe todas, pero todas todas,
más por viejo que por diablo.
El que piensa mal y acierta.
El desconfiado a priori,
el "déjame a mí".
El demasiado ocupado haciendo dinero,
el "sálvese quien pueda, te lo dije".
¿Saben esa gente..
esa gente odiosa que lo tiene todo controlado?
Todo planeado al milímetro,
todo pensado por si, por si, ¡Siempre por si!
Siempre ya lo entenderás,
algún día me darás las gracias.
El apabullado, el miedica,
el "que no nos oiga el vecino",
el de la rutina rigurosa,
el poco espontáneo, los llantos pa dentro
y el "Diosito que me quede como estoy".
¿Saben esa gente odiosa?
Esa gente...
Esa gente que no apaga el teléfono,
que no mira a los ojos cuando estrecha la mano,
que te quita las ganas con el "es imposible,
la cosa está chunga, otros ya lo intentaron".
Esa gente, que ríe poco
y duerme poco,
y sueña poco por consiguiente,
que arriesga poco,
que ofrece menos,
que juega sucio..
Pues en eso
nos hemos convertido los adultos.
que se lee al principio la última página de un libro?
El que te cuenta el final de la peli,
el que se las sabe todas, pero todas todas,
más por viejo que por diablo.
El que piensa mal y acierta.
El desconfiado a priori,
el "déjame a mí".
El demasiado ocupado haciendo dinero,
el "sálvese quien pueda, te lo dije".
¿Saben esa gente..
esa gente odiosa que lo tiene todo controlado?
Todo planeado al milímetro,
todo pensado por si, por si, ¡Siempre por si!
Siempre ya lo entenderás,
algún día me darás las gracias.
El apabullado, el miedica,
el "que no nos oiga el vecino",
el de la rutina rigurosa,
el poco espontáneo, los llantos pa dentro
y el "Diosito que me quede como estoy".
¿Saben esa gente odiosa?
Esa gente...
Esa gente que no apaga el teléfono,
que no mira a los ojos cuando estrecha la mano,
que te quita las ganas con el "es imposible,
la cosa está chunga, otros ya lo intentaron".
Esa gente, que ríe poco
y duerme poco,
y sueña poco por consiguiente,
que arriesga poco,
que ofrece menos,
que juega sucio..
Pues en eso
nos hemos convertido los adultos.
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